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Arquitectos: Rodrigo Kirck Arquitetura
- Área: 135 m²
- Año: 2016
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Fotografias:Alexandre Zelinski
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Proveedores: Hunter Douglas, Tramontina, Mosarte, Portobello, Todeschini
Descripción de los arquitectos. El proyecto Container, ubicado en la ciudad portuaria de Itajaí (SC) pretende intervenir sobre un modelo conceptual, interactuar con temas de sostenibilidad, proponer una construcción modular industrializada y al mismo tiempo posibilitar, a través de la arquitectura y la creatividad, la aproximación con la naturaleza y el arte.
El proyecto tiene dos volúmenes monolíticos, cada uno usando dos contenedores superpuestos, por un sistema de apertura cenital que "elimina" los volúmenes y alberga las circulaciones verticales. Este sistema está diseñado para reducir el uso de iluminación artificial.
En los contenedores se instalan dos grandes techos de jardín que cumplen varias funciones: reducir el impacto de la radiación solar, capturar el agua de lluvia para su reutilización y ser una reserva de esta, reduciendo el impacto en el sistema de recolección pública. También propone a los vecinos como una "mansedumbre urbana", aportando colores y comodidad visual a los residentes de edificios vecinos.
El contenedor es un laboratorio, por así decirlo. En este espacio lleno de significados, se compartieron recuerdos con un equipo de arquitectos para sumar experiencias con otros profesionales creativos en diseño, fotografía y arte a través de un co-working.
El resultado de este relato es una verdadera multiplicación de inspiraciones traducidas en proyectos. Todo en el Container tiene una razón de ser, desde el logo que menciona el origen indígena del arquitecto, hasta los lazos afectivos que mantiene con la ciudad de Itajaí y su vinculación con la industria naval, representada por el container mismo.
En el diseño de interiores, todo es muy simple y al mismo tiempo de gran refinamiento: calidez, confort térmico, visual e integración son prioridades que reciben un tratamiento especial a través de la decoración. Luminarias con diseño propio, piezas funcionales, materiales reciclados, colores en armonía y arte, mucho arte impreso en todos los ambientes.
No hay pinturas, las pinturas se eternizan en las paredes y puertas, cada obra integra el escenario que no deja dudas: el contenedor es un despacho creativo y de él vienen diferentes proyectos, fuera del lugar común, donde el ser es más importante que el tener.